La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo, pero hay que diferenciarlo; no todos los niños o personas que tienen dificultad para leer tienen dislexia, se debe ir a un especialista para poder ser diagnosticado. Las personas con dislexia también tienen dificultad para la compresión.
Debemos tener en cuenta que ser disléxico no es sinónimo de ser menos inteligente; las personas con dislexia procesan y aprenden de una manera diferente, solo hay que tener el enfoque correcto de aprendizaje. Por otro lado, los disléxicos presentan mayor razonamiento espacial, creatividad y pensamiento innovador. En general, los niños disléxicos aprenden fácilmente, si la información se transmite de manera multisensorial, en pequeños fragmentos y al ritmo preferido del estudiante.
Algunas de nuestras labores como padres son:
2. Lectura conjunta de libros que sean de interés para el niño: Hay que pedirle al niño que se concentre en las palabras y en que se tome el tiempo que necesite para poder hacerlo.
3. Lectura en voz alta para que el niño detecte errores: Se le pide al niño que lea las palabras y luego se las leemos en voz alta, pero avisándole que detecte cuáles son las palabras que no pronuncia correctamente.
4. Lectura de sílabas complejas de tres o cuatro letras: El niño deberá leer en silencio una lista de sílabas y luego hacerlo en voz alta. Podemos resaltar aquellas sílabas que ha leído bien para que, a medida que mejore, pueda ver sus avances y se mantenga motivado.
5. Ejercicios para trabajar los campos semánticos: Nombrar una palabra y jugar a nombrar palabras derivadas de su mismo campo semántico (ejemplo: pastel, pastelero, pastelería).
6. Ejercicios para trabajar la composición de frases: Escribir una frase sin espacios y que el niño separe con rallas las palabras (ejemplo: hoy/hace/calor).
7. Ejercicios para trabajar la discriminación visual: Diferenciar letras por su orientación similar (ejemplo: hacer una sopa de letras con las letras “b”, “p” y “d”, el niño debe marcar todas las letras “b” de un color, y así con cada letra).
8. Utilizar el juego como herramienta de trabajo: Utilizar juegos con letras y palabras es una forma divertida de que el niño realice actividades de refuerzo sin que lo perciba como tareas extra.